En noviembre de 2013 este peculiar trío de fundas viajeras cruzaron el atlántico en su maleta y, tras una semana de trabajo, se convirtieron en esculturas construidas sobre tres maravillosas tablas de planchar y un carro de supermercado que me consiguió el amigo y “artistazo” Javier Abdala. El proceso de elaboración de estos elementos en su galpón, rodeada de otros artistas de allá, fue el primer regalo de la aventura.
Le
siguieron los muchos otros objetos domésticos que aportó la familia, así como
sus cuentos sobre el hogar, sus tareas, los maridos, las esposas, los chicos, los
abuelos…
¡Incluso la basura colaboró con juguetes!
El
fantástico recibimiento del equipo del EAC y poder rematar allí a las tres
viajeras durante casi una semana. También los otros cuatro artistas
seleccionados en Departamento 20: María Carranza, Cecilia de Souza, Adriana
Katz y Víctor Lema Riqué. Enterarme de que en la sala superior exponía Daniel
Canogar, artista que admiro desde hace años por su trabajo con residuos
tecnológicos.
Las visitas de mi gran amiga Carola y su hija Clarita, a la que
le robé la cama durante toda mi estadía. Tener a la abuela en la inauguración y
a tantos otros allegados de mi “pueblo al otro lado del océano”.
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