En ese viaje al Uruguay descubrí cómo Montevideo estaba en un momento de gran efervescencia cultural y artística. En la Ciudad Vieja, remodelada urbanísticamente, se mezclaban con gran belleza con “boliches” de siempre con nuevos negocios muy cuidados a la vez que respetuosos con su entorno. Entre los que me impactaron, el Centro Cultural de España, construido en el edificio de una antigua ferretería.
También La Pasionaria es un lugar “imperdible”. Un multi-espacio donde objetos de diseño, tienda de moda, sala de exposiciones, librería y restaurante cafetería hacen las delicias de los que lo visitan.
Pero
sin duda fue cuando llegué al EAC cuando pensé “yo quiero exponer aquí”. El
Espacio de Arte de Montevideo está instalado en la antigua cárcel de Miguelete.
Un edificio con típica planta en forma de cruz rehabilitado con una austeridad
y cariño “pasmante”. Como sólo ocupa una cuarta parte (por ahora) un gran
vidrio deja que veas el resto de las tres partes por reformar. Los patios
laterales también son zona de actividad artística. En sus fachadas se mezclan
las ventanas con barrotes y los grafitis.
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